El “empujoncito” o el diseño de la “choice architecture”

Después de la discusión en una de las últimas entradas, me centraré hoy en el concepto NUDGE (que se podría traducir como “pequeño empujoncito”). Se describe en el libro con el mismo nombre escrito por Richard H. Thaler and Cass R. Sunstein y lo que continúan comentando en su blog.

Al final, se trata de un término que pertenece a la “choice architecture” o la arquitectura de la elección; fomenta lo que los autores llaman el “libertarian paternalism”.

En el abstract del artículo “Libertarian Paternalism Is Not An Oxymoron”, Sunstein y Thaler lo definen de la siguiente manera:

“The idea of libertarian paternalism might seem to be an oxymoron, but it is both possible and legitimate for private and public institutions to affect behavior while also respecting freedom of choice. Often people’s preferences are ill-formed, and their choices will inevitably be influenced by default rules, framing effects, and starting points. In these circumstances, a form of paternalism cannot be avoided. Equipped with an understanding of behavioral findings of bounded rationality and bounded self-control, libertarian paternalists should attempt to steer people’s choices in welfare-promoting directions without eliminating freedom of choice. It is also possible to show how a libertarian paternalist might select among the possible options and to assess how much choice to offer. Examples are given from many areas, including savings behavior, labor law, and consumer protection.”

Y en el caso que mencioné la semana pasada, el de la donación de órganos. Se trata de una buena ilustración de lo que la “arquitectura social” puede “empujar”:

Muchas administraciones públicas empiezan a utilizar las técnicas del “empujoncito” para facilitar comportamientos deseables, como el de la donación de órganos. Lo hacen a través de un simple cambio en la configuración básica: En vez de utilizar un sistema “opt-in”, en el que los ciudadanos deben explícitamente decir que sí, piden a los ciudadanos en momentos concretos (como el de recibir el carnet de conducir) de hacer un “opt-out” como en el caso británico:

“Drivers applying for new licences from July will have to respond to a question about organ donation, as the government bids to increase donor numbers. Under the “prompted choice” system, applicants must register to donate, say they have already signed up or state: “I do not want to answer this now.” Under the DVLA’s current scheme, people can skip the question, but nearly 8m people have still signed up as donors.”

¿Qué os parece?

Esta manera de configurar la posibilidad de elección, siempre respetando la libre voluntad de las personas, forma parte de las técnicas de los “behavioral economics”. Continuaremos hablando de ellas.

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