Terminarse el plato

El año más MOOC desde que estos cursos funcionan a plena rendimiento, 2013, se ha convertido en un perfecto termómetro para valorar el estado de salud de los cursos masivos, online y abiertos.

Los estudios no son nada alentadores y demuestran que hay mucho recorrido por realizar en este campo. Según un reciente estudio de la Escuela Europea de Dirección de Empresas el 90 por ciento de los estudiantes que llevan a cabo un MOOC no lo terminan mientras que el 35 por ciento de los que realiza un máster por el medio online tampoco lo hace.

Del mismo modo en las empresas las cifras tampoco son muy alentadoras. En este entorno el 77 por ciento de los profesionales se matricula a los MOOC para mejorar su calidad como trabajador pero son pocos los que terminan con el reto. Cabe destacar además que mientras los cuadros medios del mundo laboral son bastante receptivos a dichos cursos, los altos directivos son los que prefieren no introducirse en el mundo MOOC.

Se trata pues de un lastre que muchos ya han considerado con anterioridad. Los MOOC son lo que para los niños es un plato de comida, se comen por los ojos pero en muchas ocasiones no se terminan. Por otro lado resulta preocupante que en un momento de crisis como el actual en el que se ha puesto en entredicho la capacidad de liderazgo, sean los altos directivos los que no tengan expectativa de crecimiento personal y profesional.