En las Jornadas que unen a activistas, investigadores, periodistas e interesados en movimientos sociales, especialmente el del 15M, se discute sobre todo un aspecto innovador: la importancia de las emociones, la emocionalidad y hasta un cierto modo la feminidad en los nuevos procesos sociales.

Joana Conill, investigadora de la UOC, insistió mucho en estos aspectos. Algunos de los puntos que destacó son los siguientes:

• La (nueva) importancia que se atribuye al proceso: En una cultura capitalista patriarcal vale únicamente el objetivo, mientras que en una cultura más participativa y femenina el proceso gane valor.
• El (nuevo) valor de las emociones, la subjetividad y las dudas, que se pueden expresar sin represalia y se valoran.
• El (nuevo) rol del ‘cuidar’, en vez de explotar, ganar o dominar.

Estos estudios empíricos y reflexiones siguen a la escuela afectiva de Damasio, Lakoff, et al. a la que se refiere también Castells cuando habla de “communication power”. Se trata de ver como cambios en la mente, pueden provocar cambios de valores, también teniendo repercusión en la política.

Y ahora viene mi duda: ¿Qué rol desempeñan los Social Media (y las TIC en general) en este desarrollo? ¿Favorecen esta nueva y emergente emocionalidad? ¿O la frenan a través del efecto (perverso) de la interpasividad?

(Todavía) no tengo ninguna respuesta. ¿Alguna idea?

]]> http://www.catedratelefonica.upf.edu/?feed=rss2&p=2665 0 http://www.catedratelefonica.upf.edu/?p=2655 http://www.catedratelefonica.upf.edu/?p=2655#comments Sun, 23 Oct 2011 07:12:58 +0000 Ricard Ruiz de Querol http://produccionmultimedia.barcelonamedia.org/?p=2655 La entrada de Jessica sobre la necesidad de ver los #socialmedia como parte de un ecosistema me ha echo recordar el tema de la ‘interpasividad‘, sobre el que hemos escrito en ocasiones en este mismo espacio.

Me satisface ver que una entrada reciente del siempre provocativo Anti-Social blog incide también sobre el mismo tema:

“Real change requires real action. Posting to Facebook is a step, but it’s a very minor step towards real change [...] Shut your laptop, and get to work making a difference in the things you believe in”.

Me lo tomo en serio. Cierro ahora mismo.

Está ocurriendo en casa o al menos en nuestros Twitters y Facebooks. ¿Quién no ha recibido en los últimos días un tweet con el hashtag #spanishrevolution o #acampadasol en su timeline? Me imagino que casi todo el mundo. ¿Quién lo ha retweeteado? Creo que ya menos gente. ¿Y quién ha participado o participa en las acampanadas o manifestaciones (en Madrid u otra ciudad)? Pocos en relación con el número de tweets enviados, pero muchos para una acción en la calle convocada a través de internet.

Y ¿qué tiene que ver con la interpasividad? Se podría decir que hay tres tipos de gente:

Los pasivos: los que simplemente leen los tweets (o incluso ni eso), sin prestar más atención.

Los interpasivos: los que leen y retweetean los tweets, pero después se quedan en casa y no salen a la calle para manifestarse y acampanar. Algunos de ellos se sienten muy activos e incluso activistas, pero al final delegan su actividad, el riesgo, el sufrimiento (de no dormir) y el placer (de formar de un grupo de gente, una comunidad) a otros.

Los interactivos: los que leen, retweetean y salen a la calle para demostrar su descontento.

Gracias a todo el mundo por ofrecerme este ejemplo ‘in real time’ para poder explicar de manera ilustrativa y práctica el concepto más bien teórico de la interpasividad.

“Una clara indicación de cómo el futuro de internet se orientará para ser una plaforma de entrega de contenidos y de entretenimiento de masas. Como consumidores, estamos volviendo a las necesidades y demandas tradicionales, buscando una experiencia más pasiva“.

Cierto, desde mi punto de vista. Aunque el volumen de tuits que reviso cada día es mayor,

• La inmensa mayoría de las personas a las que sigo tuitean sobre cosas que han leído en otra parte, no sobre contribuciones originales.
• Aunque primero pille el titular en Twitter, la fuente primigenia de la mayor parte de los contenidos que me han atraído  acaba siendo un medio tradicional (como The Economist) o ‘tradigital’  (como el Huffington Post).

De acuerdo. Difundir lo que uno lee es un signo de actividad mayor que no hacerlo, y aún mayor que no leer. Pero menor que el esfuerzo de crear.

En la misma tónica, detecto cada vez más síntomas de que la magia de los Social Media empieza a decaer. No desaparecerá, desde luego; pero el tiempo pondrá las cosas en su sitio.

¿Estaríais de acuerdo en que los Social Media facilitan un nuevo modo de interpasividad?

Su significado varía según la disciplina: “’Interaction’ in the sociological sense refers to a reciprocal relationship between two or more people, and in the informatic sense refers to the relationship between people and machines” (Jensen, J. (1998). Interactivity. Tracking a New Concept in Media and Communication Studies. Nordicom Review, 19(1).

En ambos casos implica un tipo de ‘diálogo’ -sea entre personas o entre personas y máquinas- que relaciona y vincula los mensajes emitidos por los agentes interactivamente involucrados.

Los Social Media se suelen presentar como los medios interactivos por excelencia. ¿Pero realmente lo son? ¿O dejamos que interactúen por nosotros, mientras que nosotros mantengamos una posición (inter)pasiva?

Desde una perspectiva crítica, filosófica y psicoanalítica, algunos autores, entre ellos sobre todo Robert Pfaller y Slavoj Zizek, reclaman el concepto de la ‘interpasividad’ como concepto opuesto a la interactividad.

Se entiende como “yo puedo ser pasivo a través del otro”, quiere decir que cedo a otro un rol que yo podría asumir (por ejemplo, implicarme en algo) y me desentiendo del asunto. Por ejemplo, no sigo esa teleserie de la que todos hablan, pero confío a mi grabadora de video la tarea de almacenarla. Que luego la llegue o no a ver, es otra cuestión.

Zizek lo explica de la siguiente manera:

“Another strange phenomenon brings us closer to the heart of the matter: almost every VCR aficionado who compulsively records hundreds of movies (myself among them), is well aware that the immediate effect of owning a VCR, is that one effectively watches less films than in the good old days of a simple TV set without a VCR; one never has time for TV, so, instead of losing a precious evening, one simply tapes the film and stores it for a future viewing (for which, of course, there is almost never time…). So, although I do not actually watch films, the very awareness that the films I love are stored in my video library gives me a profound satisfaction and, occasionally, enables me to simply relax and indulge in the exquisite art of far’niente — as if the VCR is in a way watching them for me, in my place… VCR stands here for the “big Other,” for the medium of symbolic registration.” http://www.egs.edu/faculty/slavoj-zizek/articles/the-interpassive-subject/

¿Quién no se reconoce en estas palabras? ¿Qué os pasa con los RSS feeds? ¿Qué os pasa con Twitter?

Continuará la semana que viene…