La encrucijada ética del ‘hackerismo’

“Buscamos en vano entre los promotores y agitadores de Internet las cualidades del conocimiento social y político que caracterizaban a los revolucionarios del pasado”.

Langdon Winner, “La ballena y el reactor”

Los ‘hackers‘, innovadores trabajando en las fronteras del sistema, han tenido un papel muy importante en la evolución de la Informática y de Internet durante las últimas décadas.

Los nombres de ‘hackers’ informáticos eminentes incluyen a Linus Torvalds, el creador de Linux, pero también el de Bill Joy, su predecesor como creador de la versión UNIX de Berkeley en 1977. En el ámbito de Internet, fue ‘hacker’ eminente Tim Berners-Lee desarrollando el software WWW. También Ray Tomlinson, que introdujo el correo electrónico abierto, @ incluida. También lo fueron, como revela la historia de Internet, los miembros del Network Working Group que desarrollaron los protocolos de la Red, por mucho les financiara la agencia de I+D de Defensa.

Los arriba nombrados, y muchos otros anónimos, comparten los rasgos fundamentales de la ‘ética hacker‘, que incluye no tener el lucro económico como motivación principal. Pasaron expresamente sus innovaciones al dominio público. (La administración de los EEUU ‘regaló’ al mundo en su momento los protocolos TCP/IP).

Pienso que esta valiosa ‘etica hacker‘, que en su momento se conceptuó como “el espíritu de la sociedad de la información“, se está desvirtuando. Claramente, de una parte, por los ‘crackers‘ que utilizan sus habilidades tecnológicas para saltarse barreras de seguridad en sistemas informáticos, con propósitos que pueden ir desde la diversión hasta la delincuencia.

Pero el espíritu ‘hacker’ también se desvirtúa si consigue apropiárselo, por ejemplo, una empresa como Facebook, que define la ‘Hacker Way‘ como su modo de trabajo, y promueve ‘hackatons‘ como práctica para hacer evolucionar su tecnología. Porque, como evidencian sus recurrentes polémicas sobre la cuestión de la privacidad, por ejemplo, la ética de Facebook no pone al mismo nivel los beneficios que produzca para sí misma con los que genere para la sociedad en general.

Sin ánimo de extenderme, lo que intento apuntar es que el interés creciente de los inversores por captar talento ‘hacker’ pone al ‘hackerismo’ en una encrucijada. Porque, aunque de todo hay en la viña del Señor, los principios éticos de una buena parte de esos inversores no son precisamente compatibles con los de la ‘etica hacker’ original. La historia de Facebook en concreto, al menos como se ha contado, así lo pone de manifiesto, en mi opinión. Para muchos, especialmente jóvenes, tener elegir entre esas dos éticas ha de representar un dilema importante.

Hay un alternativa, el ‘hackerismo social‘ que pretendía explicar con el dibujo que encabeza esta entrada. Pero, para no alargarme, lo dejo para mañana.

¿Pensáis que la dinámica del capital riesgo contradice la ‘etica hacker’ original?

Trataremos sobre estos asuntos el próximo 15/9/2012 en el diálogo sobreInnovación Social y Tecnología Social“ (también en #SocialTIC y en RConversa). Si te interesa, apúntate aquí.

 

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