Los MOOCs deben ser laborales

Desde el primer momento en que se afirmaba que los MOOCs serían la revolución inmediata (aquí el adjetivo de tiempo es muy relevante) de la educación, hasta la actualidad han pasado ya suficientes años como para hacer un análisis. Pese a sus enormes posibilidades, de momento, los MOOCs no son lo que algunos afirmaron que serían. El problema surge cuando consideramos una tecnología nueva como la que tiene que hacer que todo el mundo reciba una educación universitaria de calidad sin coste económico.

A los cursos masivos, abiertos y online les queda mucho camino por recorrer pues por el momento se encuentran con sus ancestrales dificultades.

Pese a que son más de 24 millones las personas que en los últimos años han cursado uno de estos cursos, las cifras de alumnos que completan el curso entero son todavía muy bajas. Solamente alrededor del 4 por ciento lo consigue.

Por otro lado, se habló en su día de la posibilidad emancipadora que tenían este tipo de cursos. Según un estudio de Coursera, la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de Washington la mayoría de alumnos que participan en estos cursos, a los que para ingresar no se precisa tener en posesión ningún título de formación reglada, son de clase social media alta y con un alto nivel educativo. Por lo tanto se desdibuja un tanto el objetivo de los MOOCs.

Por último, sí que es cierto que muchos alumnos de este tipo de cursos consideran que los MOOCs son complementos perfectos para mejorar las expectativas laborales. Quizás es este espacio el que debe explorarse para ofrecer unos cursos que más gente termine.

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