¿Debemos confiar en la tecnología?

La Comisión Europea inició hace unas semanas un diálogo sobre las características deseables de plataformas de acción colectiva a través de las que los ciudadanos pudieran acceder a información confiable. La Vicepresidenta de Comisión Europea manifestaba en un reciente discurso que “Hasta que los usuarios puedan tener confianza en Internet no liberaremos todo su potencial”. La propia Comisión tiene abierta una convocatoria de programas de I+D sobre la temática de Trustworthy ICT” (TIC confiable).

¿Podemos/Debemos confiar en las tecnologías?

En mi curso sobre Tecnología y Sociedad en la U. Pompeu Fabra, ésta sería una pregunta-trampa. Porque, estrictamente hablando, uno no confía en un artefacto o desconfía de una tecnología. Confía, en todo caso, en el buen hacer de las personas o las organizaciones que lo diseñan, lo fabrican, lo comercializan, lo publicitan o lo difunden. Recela, en todo caso, de que las habilidades o la persistencia de quienes hacen del crimen cibernético un negocio mayor que el tráfico de drogas sean mayores que las de aquellos que podrían/deberían protegernos de ellas.

No deja de sorprenderme lo extendido y persistente de personalizar la tecnología hasta el extremo de amarla, temerla o prestarle confianza. Bruno Latour ha descrito en detalle las implicaciones sociales de esta práctica de desplazamiento que transfiere a los artefactos cualidades de las organizaciones sociales que los gestionan. Una práctica que a menudo se utiliza como pantalla para eludir responsabilidades. Por ejemplo, intentando transferir a los clientes de las tecnologías la responsabilidad de gestionar su privacidad o la seguridad de sus datos.

Los expertos definen la confianza como “la disposición de una persona a aceptar y/o aumentar su vulnerabilidad frente a otra persona en base a su percepción de las capacidades, compromiso y consistencia de esa otra persona”. No creo que sea incorrecto sustituir “persona” por “organización” o “institución”. Pero no creo, por ejemplo, que a raíz de las noticias del incidente (real o no) de las fotos robadas del móvil de Scarlett Johansson uno debiera dudar de las capacidades, compromiso o consistencia de su celular.

¿Qué tiene que ver todo con los ‘social media’?  Potencialmente bastante. La confianza depende de la percepción, y ésta a su vez de la información que recibimos; tanto de la formal como de la informal, que cada vez más circula y se difunde por las redes sociales. Seguiremos pensando sobre ello.

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One Response to “¿Debemos confiar en la tecnología?”

  1. Me parece que a esta altura no hay humanidad sin tecnologia. Todo para por los adelantos y es ese el camino que seguimos.
    Ya no se trata de confiar o no. Yo creo que no hay otra opcion.